divendres, 13 de desembre del 2013

Dos Palillos, una nueva estrella michelin en Barcelona.


El pasado 4 de Diciembre nos fuimos de cena al Restaurante Dos Palillos que está de celebración puesto que a finales de Noviembre le otorgaron de su primera estrella michelin. Nos adentramos a la Barcelona cool, Macba, Tallers, monopatines y tatuajes... Dos Palillos se encuentra en el Soho de Barcelona y casi que pasas de largo 3 veces antes de encontrar el restaurante ya que casi no se aprecia desde la calle. El restaurante es pequeño, con una larga barra en la entrada y un salón con una enorme mesa en forma de U dónde en medio tienes la cocina. Es una gozada ver como cocinan absolutamente todo delante tuyo.




El restaurante ofrece la opción reserva ligada a dos menús degustación, con un pequeño "feo" y es que te hacen realizar una paga y señal a modo de confirmación de la reserva, cosa que se entiende debido a las características del salón y entiendo que quieran optimizar las "mesas". Nosotros elegimos el menú dos palillos, muy completo. El menú festival tiene 2/3 tapas más. Por otro lado, también se puede comer en la barra, por un precio mucho mas asequible que los de los menús degustación, pero probando menos materia prima y previa cola infernal.


Como se observa en la carta, el restaurante no es propiamente japonés, y se nota en la carta donde el maki, te lo encuentras de postre y poco más. En su página web se informa que la oferta gastronómica es de extremo oriente (japón, thailand, vientan...), y si que es cierto que se centran en comida de estilo japonés, pero que ofrecen los conocimientos gastronómicos que van adquiriendo de otros países. Se nota por la pluriculturidad de sus cocineros, y la influencia de ellos en los platos que ellos personalmente te ofrecen.

Y vayamos al tema...

Empezamos la cena con un chupito de cocktail de sake y lichi, unas verduras agridulces muy fescas y aromáticas y unas cortezas crujientes de pollo, una especie de wrap de pollo frito con sabor suave a morro frito. Wrapped por una hoja, como se puede apreciar en la foto. Posteriormente, nos sirvieron una especie de foie de crudo de rape con una seta japonesa pochada. Primer plato exótico exótico, y de nota.





Después de esto nos sacaron una serie de 4 tapas de crudos. El primero, una ensalada de crudos de mar. Un mix de algas frescas y moluscos. Muy muy fresco. Luego un sashimi de salmonete y un maki de su propia piel frita. Nos resultó muy curioso el sabor que tiene la piel del salmonete, casi como si fuese la carne. En tercer lugar no podia faltar la ostra. Un michelín sin ostra no es michelín. Y para acabar con la tongada de crudos, el que más me gustó, el sashimi de calamar. De los mejores que he probado. Tiernísimo!






Langosteamos ahora con dos tapas calientes: langostino cocido con setas japonesas y algas y dumplings de langostinos al vapor. Materia prima excelente, punto de calor perfecto en boca (como odio que me hierva la boca con un dumpling acabado de sacar del vapor) y sabor exquisito.




Ya en los platos "principales", entre comillas porque no debemos olvidar que estamos en un restaurante de "tapas" japonesas, nos encontramos con la nipon burger, el sushi dinamico y la panceta a la cantonesa. La nipon burger me pareció excelente como minihamburguesa, carne súper jugosa y de muy buen gusto. Quizá eché de menos la parte nipon. La panceta cantonesa, también de nivel. Pero tengo que decir que no soy muy amante de la panceta, asi que ni a la cantonesa. Bien, buena materia prima, pero no supe apreciarla. Por último, comentar que el sushi dinamico me pareció una idea brillante. Es un plato en el que te traen sashimi de toro, dos tipos de alga y 4 o 5 toppings, y consiste en "feel free": junta, mezcla o come solo...haz lo que quieras. Genial.






Ya por último los postres, helado de lichi con fresa y citricos. Dulce y fresco. Después de la pancetita, apetecía un poco de dulce. El maki-mochi de fresa bueno bueno. Quizá un poquito demasiado de pasta, lo que casi no dejaba apreciar la fresa, pero bien encontrado el concepto de maki-mochi. (PD: Como los mochis del Mosquito (en breve crítica) nada!). Y por último último no podía faltar el chocolate, ningyoyaki de chocolate, o lo que es lo mismo, bollito en forma de bunyolet relleno de chocolate fundido. Explosión de chocolate en boca. Lo recordaba de la ultima (mi primera vez) en el Dos Palillos, y si sigue en carta, es que es garantía de que funciona.





En conclusión, una buena cena y una michelin merecida. Poca crítica durante la cena, pero mucha comparación con el último sitio "exquisito" dónde habíamos estado, Espai Kru. Que desde nuestro humilde morro exquisito, Espai Kru le pasa un poco la mano por el morro a Dos Palillos. Aún así, recuerdo, gran cena y merecida estrella.


DOS PALILLOS:
Carrer d'Elisabets, 9
08001 Barcelona.

Precio: 120 euros por persona (Maridaje incluido en el precio)


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