El pasado miércoles 18 de setiembre fuimos de visita a Sant
Pol de Mar a degustar el archiconocido Restaurante Sant Pau, de Carme
Ruscalleda. Para quien no lo conozca, Carme Ruscalleda, pertenece al club de
las 3 estrellas Michelin, que en España solo poseen Arzak, Berasategui y los
hermanos Roca.
Nosotros fuimos directamente a por la cena, pero Sant Pol
parece un pueblo muy Mediterráneo y muy propenso a realizar un paseo pre-cena
para ir abriendo el estómago. Yo lo recomiendo, la cena será larga, apta para estómagos vacíos. De este
modo, llegamos a Sant Pol, en coche y directos al restaurante. Te percatas
rápidamente que has llegado ya que hay un aparcacoches en la puerta que te
indica en que lado de la pared del parking abierto tienes que dejar el coche,
todo muy familiar, muy catalán esto de dejar el coche en la era, arrimando a la pared para
que el siguiente que llegue pueda aparcar también. Mucho estilo.
Una vez dentro, el local es maravilloso. Imagino que era una
antigua casa típica del Maresme, en primera línea de mar y con metros y metros
de casa por explorar. La transformación de casa a restaurante es exquisita, un comedor de ventanal enorme con vistas al jardín en tonos crema, vino y
morados. No se porqué pero me pegan mucho con Carme Ruscalleda.
El servicio empezó ofreciéndonos una copa de cava, una edición
especial realizada para el 20 aniversario del restaurante, el CR20 y un
aperitivo compuesto de una croqueta de arroz y setas, un milhojas de crema de
bacalao y como un creo que atún marinado.
Empezábamos bien. Ya para acabar el aperitivo, un salmorejo de melocotón
y la típica “Coca de Verema” estilo Sant Pau. Una delicia. Íbamos a por lo
bueno, los platos principales.
El bogavante con espuma de leche de tigre fue algo
espectacular, a mi paladar, el mejor plato de la noche. Siento una gran admiración
por esta crema de origen sudamericano y su aromo cítrico. Ligaba a la
perfección con el bogavante.
El canelón de langostinos y verduras fue el plato mas “nouvelle
cuisine” de la cena. La pasta del canelón era de agua de mar, dándo una imagen
transparente para que pudieras observar el interior del canelón y un sabor muy
marítimo.
Las colas de gambas sobre tostada de mar, la clara
demostración de la gran calidad del restaurante. Gamba deliciosa, fresca y que solo
con la vista ya apetecía comer.
Desconocíamos los lloritos, un pez típico de Baleares, que
nos fueron servidos fritos, sobre una base de alcaparra, oliva y vermut. A mi
no me entusiasmó especialmente, pero, cosa de gustos supongo.
De segundo nos dejaron a elegir entre Pluma Ibérica, Pato y
un Rape. Yo personalmente me decanté por la carne, ya que habíamos estado
tomando pescado toda la primera parte de la cena. La pluma ibérica excelente. Tierna,
sabrosa…en fin, de esperar.
Pasábamos a los postres con una degustación del queso del
mes de Setiembre. Un queso de leche de cabra que nos lo sirvieron de 3 modos
distintos, solo, mezclado con mermelada y hiervas y con un milhojas y
mermelada.
Luego nos sirvieron unos higos con licor de arroz, también deliciosos
y una crema de cítricos con naranja crujiente.
Ya por último, el Chocolate. Una mezcla de diferentes
texturas de chocolate, con frutas y peta-zetas, un clásico de Ruscalleda. Otro
10.
Los cafés y los mil petit-fours que nos sirvieron nos los
tomamos en el jardín, súper acogedor y con vistas a la cocina. Casi no pudimos
con todos los petit fours que nos sirvieron.
A mi humilde opinión, Carme Ruscalleda intenta realizar una
cocina con producto típico mediterráneo que recuerdes por su gusto y sabor en
el paladar. Se deja de ostias de "esferificaciones" y cosas mas modernas, para optar por cautivarnos desde la boca y la humildad. Dicha humildad queda plasmada cuando a
mitad de la cena la ves pasearse por el comedor preguntando que tal la cena y comentando la
jugada con las mesas. A mi, simplemente me encantó Sant Pau de Sant Pol.
Siguenos en:
Facebook: https://www.facebook.com/morroexquisito
Twitter: @asegarra16
Instagram: asegarra16
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada