dilluns, 4 d’agost del 2014

La Cuina d'en Garriga: Calidad y calidez como en casa.

La semana pasada fuimos a comer a La Cuina d’en Garriga” un restaurante – colmado situado en el centro de Barcelona, al lado de Passeig de Gràcia. La esencia de este restaurante es la materia prima, de primerísima calidad, la sensación de estar en casa y lo extremadamente bien decorado que está el local. No es difícil conseguir mesa, lo que es difícil es salir con sensación de no haber comido bien. La carta es corta, de las que nos gustan, pocas cosas pero bien hechas, y además siempre disponen de 3 o 4 platos del día. La cocina de mercado se está poniendo de moda, y con restaurantes como Casa Palet, La Cuina d’en Garriga, etc…queremos que sigan de moda durante mucho tiempo. Bien, entremos a lo que nos interesa, a comer!

La Cuina d'en Garriga



Como entrantes podemos elegir desde ensaladas a huevos estrellados, que por cierto, son un “must” en La Cuina d’en Garriga. Platos típicos y sencillos. Nosotros, al ver la cantidad de huevos estrellados que salían de cocina, no pudimos ser menos. De hecho preguntamos, y efectivamente, es lo que más sale. Se pueden tomar solos, con jamón, foie, chorizo, sobrasada…. los tomamos con butifarra del perol. Fácil y a la vez deliciosos.



Los platos principales también brillan por su tradición. Desde macarrones, hasta roastbeef, pasando por un salmón al pappillotte (que no probamos pero nos han comentado que es el estrella). Nosotros comimos uno de los platos del día: pulpo a la brasa con base de berenjena al horno que estaba espectacular. Básico, pero sublime. Por otro lado también comimos el secreto de ibérico. Crujiente por fuera y tierno por dentro, muy sabroso. Bajo nuestro punto de vista, el mejor de la comida. Salvando los postres, que estaban de muerte.



Tomamos dos pedazos de tarta. De queso y de limón. Caseras, caserísimas. Deliciosas. Aunque si no os apetece la tarta, también podéis tomar recuit de fonteta, crema de yogur y alguna que otra delicia de chocolate también tenían. Para los no amantes de la repostería veréis que justo en la entrada del restaurante, dónde la parte del colmado disponen de venta de fruta que huele de maravilla y tiene un pintón. De hecho, somos compradores habituales de tomates para nuestro Pà amb Tomaquet en casa para nuestras cenas no tan exquisitas.




En fin, no hace falta tener excusa de celebrar algo para ir a comer al nivel como lo harías en casa de tu abuela, eso sí el interiorismo del restaurante no tiene nada que ver con las cortinas de franela, ni tienen cu-cut colgado en la pared. Disfrutadlo!


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