La semana pasada fuimos a
visitar el Restaurante Shanghai de Barcelona. Probablemente sea el mejor
restaurante chino de Barcelona. Venden un concepto de cocina fusión
chino-mediterránea y está situado en la calle Bisbe Sevilla, a lo alto de
Barcelona. Está consolidado como uno de los mejores restaurantes de su zona, y
es tremendamente frecuentado por las celebrities de Barcelona como muestran en
las fotos de la entrada.
Nosotros, como ya es
habitual, nos dejamos aconsejar por el servicio a la hora de pedir, aunque
teníamos un par de recomendaciones de “amiguetes”. Josep Maria Kao, el chef del
Restaurante nos sacó los “must” de su restaurante, separando la cena en dos
entrantes, dos primeros y un segundo a compartir. Además, el servicio estuvo
muy pendiente de asesorarnos en todo momento y explicarnos qué íbamos comiendo.
Los dos entrantes
constaron de Jiazou y Wanton. Ambos son lo que los “no asiáticos” conocemos
como empanadillas, y la diferencia entre ambos reside en la forma en la que
están cocinadas, unas fritas y las otras al vapor. A nuestro parecer, no es un
plato que haga lucir mucho la materia prima que se encuentra dentro de la
empanadilla, especialmente en la frita, porque se corre el riesgo de que la
fritanga se coma el sabor del interior. En este caso, y como era de esperar,
fueron ambos excelentes. Jiazou de ternera i jiazou de gambas, al vapor i
brutales. Por otro lado, el wanton, acompañados de menta i muy crujientes y
sabrosos, fueron de pollo por un lado, y de carne y gambas por otro. Muy recomendable
para empezar picando algo.
A continuación
compartimos dos primeros que a nuestro parecer fueron espectaculares. En uno
la sencillez y en otro la calidad. Primero, unas judías con pollo con salsa de
soja que estaban brutales. Sencillo, pero ejecutado de forma excelente. La
judia “al dente”, mezclada con el pollo y ensalzado fantásticamente con una
soja deliciosa. A continuación nos trajeron lo que nos habían dicho que es el
plato estrella del Shanghai, los fideos chinos con huevo poché, rossinyols i
trufa. Salió el chef Kao de cocina para presentar-nos el plato, le pegó un
meneíto para escarchar el huevo y él mismo nos emplató los fiedos. El olor a
trufa invadió la mesa y la cremosidad y el sabor a rossinyol era espectacular.
Si visitáis el Shanghai, es imprescindible probarlos.
Ya por último, y como
plato principal el Pato Pekín. Es otro de los “must” del Shanghai. No somos
mucho de restaurantes chinos, pero obviamente fue pegarle un bocado al pato que
nos sirvieron y instantáneamente nos dimos cuenta de que era el mejor pato
Pekín que nos habíamos comido en Barcelona. Crujiente por fuera, tierno por
dentro. Sabroso, i acompañado de las clásicas tortas, cebollino y aquella salsa
con la que acompañan el pato Pekín habitualmente. De verdad, si sois fans el
pato Pekín del chino de debajo de casa, no dudéis probar este, os fascinará.
De postres. En primer
lado, tomamos el plátano frito con chocolate. Muy rico, pero muy normal. En
cambio, el segundo postre es otro must. Bolitas de manzana caramelizadas. No os
preguntéis ni como ni qué, simplemente echan unas bolitas en un vol lleno de
“x” y de allí pescan unas bolitas de manzana con crosta de caramelo. No
cocción, no fritura, no vapor…no se pregunta, se comen. Buenísimas!
En conclusión la visita
al restaurante Shanghai fue una gran experiencia, no lo conocíamos, y de sobras
en el ranking de restaurantes chinos de Barcelona se sitúa en el numero uno.
Restaurante Shanghai
Bisbe Sivilla 48, 08022 Barcelona
93 211 87 91
info@restaurante-shanghai.com
Precio: 58 euros por persona (vino incluído)
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